6.3.07



me prendo fuego, me rozás y acabo. qué linda sensación, el cosquilleo constante. chabón que mirás, chabón al que en teoría le darías. onda que por ahí vas al kiosko y el pibe te sonríe raro, un poco más efusivamente de lo normal y chau, pum, paja con el chabón del kiosko que te sonrió un poco más efusivamente de lo normal. es más, muchísimo mejor, con el chabón pendejo del kiosko que te re da para imaginarte que le decís tipo a ver, pibe, me la comés así. porque además, un chabón que no te recontra chupa no existe. y mirá que a mí me rompe la cabeza mal la penetración cruda y salvaje, pero que me chupen la concha es que me chupen la concha. una de las pocas cosas serias en la vida.